Como recordaréis en 2018 empecé mis Clases de surf con Juan, el mayor, que entonces tenía 9 añitos. Al año siguiente repetí pero, en diciembre de 2019 me rompí el ligamento lateral interno y el cruzado anterior de la rodilla derecha y tuve que pasar varios meses de reposo y otros tantos más de rehabilitación tras la operación.
Cuando parecía que iba a empezar a recuperarme entonces llegó el confinamiento por la pandemia y todo se retrasó. Pero un año después, mi rodilla no sólo está perfectamente rehabilitada, sino mucho mejor que antes. Así que, tras este curso tan peculiar, los niños y yo nos hemos regalado tres semanas de surf en familia, de risas y diversión. Os dejo un resumen de estos fantásticos días y nuestra evolución…
SEMANA 1
Clase 1
Después de un año de secano, volvemos al mar. El día amaneció fresco, con bastantes olas y, así de primeras, pensamos que íbamos a estar más tiempo nadando e intentando recuperar la tabla que otra cosa. Pero no fue así y el día fue simplemente perfecto.
La primera ola que cogí fue un regalo: unos 50 metros paseando por encima del agua como si estuviéramos de paseo (y eso que las olas estaban bravas y nos tocó remar, remar y remar). Como era de esperar… acabé agotada pero… Feliz de estar de vuelta.

Clase 2
Día con un poco de levante así que el mar estaba precioso: más planito que el día anterior y con olas más definidas. No hemos tenido que luchar tanto por entrar al fondo como el día anterior y, por lo tanto, la clase se pasó volando. Empieza a notarse el trabajo de los hombros ¡vamos a ponernos todos en forma estos días!

Clase 3
Mar tranquilo por lo que el día aparece perfecto para aprender cosas nuevas, corregir posición y practicar… lo cual implica caerse jajaja. Los niños estaban emocionadisimos y se tiraban solos a por las olas ¡Una pasada!

Clase 4
Hoy me metí al mar y sentí frío. Cuando me pasa eso sé que mi cuerpo no está al 100%. Sin embargo hacia sol, estaba despejado, el mar estaba diciendo entra, disfruta… y aproveche el tiempo. Sin embargo salí un pelin antes y el viernes me tome un descanso. Un día de descanso suele hacer milagros.

SEMANA 2
Clase 5
Después de tres días de descanso vuelta al agua. El viento era de sureste y el mar estaba precioso: con olas perfectas para practicar, aunque costaba entrar en el mar y a veces era algo agotador. Alejandro el pobre no podía con las olas y tuvimos que rescatarle en varias ocasiones.
Me corrigieron la posición que tenia para subirme a la tabla y fue un día de prueba y error pero súper positivo porque conseguí mejorar muchísimo en la tabla. El tiempo paso volando. ¡No podía haber disfrutado más!

Clase 6
¡Otro día fantástico! Olas perfectas y mucho más fácil la entrada, así que los peques, que habían acabado molidos el día anterior, han estado felices y ¡yo más!

Clase 7
El día de hoy ha sido fantástico: un cielo azul de los que pagarías, un agua cristalina que te traslada al paraíso y olas tranquilas pero periódicas.
Hoy me dieron una tabla algo más pequeña que lo habitual, por lo que pensé que iba a estar más tiempo en el agua que en la tabla. Pero !que va! Ha ido genial. Sigo practicando la salida y la posición y poco a poco todo sale, como por arte de magia mucho mejor.

Clase 8
¡Menudo día de olas! El agua estaba espectacular, las olas eran maravillosas pero ya no recordaba la fuerza de las olas y lo agotador que puede ser entrar cuando no dejan de venir serie tras serie de olas con fuerza

SEMANA 3
Clase 9
El jueves Juan empezó con dolor de oído, rápidamente fuimos al otorrino y aunque todo bien, le aconsejo unos días de “secano”. Por lo que por solidaridad estuve unos días en la sombrilla haciéndole compañía. Esos días de descanso siempre sientan bien porque asientas lo de los días anteriores y vuelves con fuerza.
Así que hoy volvimos todos a la tabla con más energía y más ganas que nunca. Día 10.

Clase 10
Día fantástico: mar tranquilo y con olas. Los peques se mueven como pez en el agua. Entran u salen con muchísimo control: toman mas olas solos, saltan de una tabla a otra, van hacia adelante, hacia atrás… y cuando quedan 10 minutos para terminar la clase ¡el mar parece un parque de juegos! Cómo nos hemos reído con ellos y de ellos.

Clase 11
Día fantástico como el de ayer (creeréis que me repito mucho pero es que fue así tal cual) aunque hoy practique mucho mucho la caída jajaja. Amaneció muy muy nublado, y se me debió de contagiar porque fue caida, caída, caída y caída. Tome muchas olas y de casi todas me caí y conmigo todos los niños. Nos hemos reido como nunca, me he llevado un golpe en la cabeza con la tabla de Ale pero …. así son alguno días y así es el surf un aprendizaje diario y una lección de vida donde se pone en valor la constancia, la paciencia, la tenacidad, la prueba y el error

Clase 12
Hay días que parece que en vez de aprender desaprendes… este era mi segundo día con ese sentimiento. Mi cuerpo no acababa de encontrar el punto en la tabla y la constancia y seguridad de estos días atrás parece que desparecían. Pero como los que me conocéis sabéis que nunca tiro la toalla… Eso no mermó mi decisión a seguir intentándolo porque es algo que siempre hacemos en casa: si algo no te sale bien, repítelo hasta que te salgo bien. Tardarás más, tardarás menos pero cada intento cuenta, cada intento te enseña algo y con el tiempo se consigue.

Clase 13
Última clase de surf de estas vacaciones. El mar estaba tranquilo y las olas iban y venían a cuentagotas. Era el típico día perfecto para estar en la toalla tomando el sol y darse un bañito de vez en cuando.
Así que día perfecto para despedirse del mar sin ningún revolcón: los pequeños no pararon de hacer carreras encima de la tabla, jugar y disfrutar del mar. Nuestro mejor regalo es verles disfrutar.

De estas tres semanas me llevo la alegría de sentir que la lesión de la rodilla es agua pasada, que con constancia y perseverancia todo se acaba alcanzando.
También me llevo millones de sonrisas, de carcajadas, de momentos inolvidables que nos han recargado a todos para este nuevo curso.
Y por último, el cariño del maravilloso equipo de Cadizfornia (Chicho, Nico, María, Félix, Miguel, Antonio, Alberto…). Maravillosas personas que nos hacen sentir como en casa y que nos abren su corazón para contagiarnos su amor por el mar, por el surf, por la naturaleza… nos volvemos felices para casa y agradecidos por todo lo que nos llevamos.