En 1998 probé por primera vez la crema de avellanas. Recuerdo esta fecha porque acababa de llegar a Bruselas y fui a desayunar a un sitio que se llamaba «Le Pain Quotidien» donde se compartía no solo la mesa sino también las distintas mermeladas y pastas, entre ellas una de avellanas deliciosa. Siempre que puedo la compro pero también la hago en casa. Es tan sencilla… que esta será una de las recetas más cortas que jamás haya escrito.

Ingredientes

2 paquetes de avellanas tostadas y peladas

Elaboración

Poner las avellanas en una batidora/picadora potente. Si no es muy potente, primero machaca las avellanas en un mortero para que los trozos sean más pequeños.

Enciende la batidora y empieza con velocidad baja para ir triturando las avellanas unos Segundos.

Luego ve subiendo la velocidad y haz tandas de unos treinta Segundos aprovechando entre pausa y pausa para ir quitando lo que se queda pegado en las paredes.

Sigue batiendo hasta que empieces a notar que la pasta empieza a tener aspecto líquido. Sigue batiendo hasta conseguir que no quede ningún trocito de avellana.

El resultado es más bien liquido y de batirlo estará ligeramente caliente, cuando se enfríe quedará algo más cremoso.

Como veis ¡muy sencilla, sana y deliciosa!