Un año más llega la Navidad y como todos los años. Sin embargo, este año ha sido y será uno de los más raros, más atípicos, más impredecibles, más inesperados, más indescriptibles…que podríamos haber imaginado y, con seguridad, pasará a la historia por ser el año en que, por primera vez, un virus paró y cambió al mundo entero a la vez.

Empezamos a escuchar noticias de un virus que llegaba de China, luego vivimos como llegaba a Italia, pero nadie pensaba que llegaría a afectar nuestras vidas. Y de la noche a la mañana, nos tuvimos que quedar en casa y empezamos a vivir de “otra manera”: Ya no salíamos a la calle a comprar sino que la compra llegaba a la puerta de casa, el teletrabajo y tele-estudio se instauró en todos los hogares, ya no íbamos a ver a los amigos, sino que nos veíamos por teléfono. Los ordenadores, móviles, tablets… pasaron a ser un elemento fundamental para cada uno de nosotros. Dejamos de hacer todas esas actividades a las que estábamos apuntados, dejamos de salir, de pasear, de ir a restaurantes…

Y si bien es verdad que la incertidumbre, la novedad y la falta de control nos abrumaba, como ya he dicho a lo largo de todo el año, no todo ha sido negativo. Y si algo he aprendido en 2020 es que somos capaces de adaptarnos a casi cualquier situación por complicada que sea, incluso a aquellas que a priori pensábamos que no podríamos. 

En estos meses hemos tenido la oportunidad de detenernos, de pensar, y de recordarnos cuáles son nuestras prioridades en la vida. Aquello por lo que realmente merece la pena vivir, y que habíamos dejado olvidadas por las prisas. Hemos hablado más que nunca, jugado como hacía tiempo que no lo hacíamos y hasta hemos aprendido cosas nuevas: algunos han aprendido a cocinar, otros a coser, otros a bailar… Y gracias a los móviles, las tablets, los ordenadores… hemos seguido viéndonos, hemos jugado a kilómetros de distancia, hemos hecho concursos, retos, ¡hasta aperitivos virtuales!   Hemos vuelto a ver a las ciudades con unos niveles bajísimos de contaminación, a los animales salvajes a acercarse a nuestras viviendas… hemos dado un respiro a la naturaleza y le hemos permitido volver a ser ella.

Y cada vez que pienso en este año, lo primero que me viene es todo lo que hemos disfrutado, todo lo que hemos aprendido… pero también todo lo que hemos sufrido. Porque si bien tenemos la suerte de seguir con salud y estar todos bien, no podemos olvidarnos de todas las personas que hemos perdido en estos meses: amigos, familiares, conocidos, compañeros,… además de todas esas personas que han estado hospitalizadas luchando entre la vida y la muerte, y todos esos familiares que han vivido con gran sufrimiento, distancia e impotencia esta situación. 

Por desgracia, el virus sigue aquí mismo. El mismo que en marzo nos obligó a quedarnos en casa nos sigue acompañando. Lo bueno es que ahora sabemos que existe y podemos protegernos: llevamos mascarillas, guardamos la distancia entre personas, nos ponemos gel después de tocar cualquier cosa desconocida, evitamos sitios cerrados… Y por todo ello somos capaces de cuidarnos y cuidar de nuestros seres más queridos.

Así que, aunque nadie queríamos que llegaran las Navidades en esta situación, aquí estamos preparando una mesa para los de siempre, los de casa. Para comer 6, donde siempre comíamos 26, pero sabiendo que es lo que tenemos que hacer por nosotros, por los que más queremos y por solidaridad para todos
Así que, con mucha pena en nuestro corazón, parece que seguiremos sin vernos una temporadita. Esperemos que pronto este año pase a ser sólo un recuerdo y podamos volver a vernos todos y ¡¡no pisar nuestra casa más que lo imprescindible!! Porque, entre todas las reflexiones de estos meses, de todas las conclusiones que sacamos durante estos largos meses, una de las principales es lo mucho que nos gusta estar juntos, abrazarnos, hablar alto, reírnos, compartir la comida…

Muchas gracias por todo todo vuestro apoyo a “Un día cualquiera”, por todo lo que hemos compartido este año y cada muestra de cariño durante estos meses

Os deseo una muy feliz Navidad en la que disfrutéis de todo lo maravilloso que rodea estas fechas tan especiales para todos con la esperanza de volver a la vida de antes.


¡¡Feliz Navidad!!

Tatiana