¡Buenos días!
Ya es 8 de julio, por lo tanto ¡mi cumpleaños! Y como es tradición, la noche anterior, aquí estaba… sentada en el ordenador recogiendo mis sentimientos y mis vivencias de mi último año (que acabo de dar cuenta que básicamente es como hacer un resumen del último curso escolar ja ja ja).
De este “curso 2020/21”, si algo tengo claro, es que ha sido muy diferente a todos los demás. Lo primero que me vino a la cabeza cuando me senté delante del ordenador y empecé a pensar en todo lo acontecido este último año es ¡gracias! Gracias Señor por hacer que siempre haya visto el día a día como un sueño, con grandes retos y oportunidades para disfrutar, que me has hecho discriminar siempre lo bueno de lo malo, lo que merece la pena de lo que no y me has hecho sentir que todo lo que he recibido ha sido fantástico. Un curso/año donde, a pesar de no poder compartir físicamente nuestro día a día, los cumpleaños, los santos..¡¡hasta la comunión de los trillis!! Hemos encontrado opciones para vernos online, para llamarnos, para enviarnos mensajes, para hacernos regalos… y seguir en contacto mientras conseguíamos, al mismo tiempo: tiempo para frenar, reflexionar, vivir más lentamente, darnos tiempo para aburrirnos, para descubrir nuevas aficiones, nuevas metas, nuevos retos….
Mientras escribía y reflexionaba sobre lo que hemos vivido, también han venido a mi recuerdo la maravillosa gente que me rodea y que he ido conociendo a lo largo de estos 47 años. Algunos nos conocemos desde hace años y otros nos hemos ido conociendo recientemente, incluso el último año, los últimos meses… y ¡¡qué gran suerte he tenido!! ¡¡Qué agradecida que estoy!! Por eso me encanta celebrar mi cumpleaños Porque es una forma de celebrar, en este caso, estos 47 maravillosos años. La cifra ni me la creo… pero es la que es, así que nada que discutir.
De las distintas personas que ha pasado por mi vida, todas y cada una de ellas, con el tiempo, me han ayudado y me han permitido crecer:
- unos han sido ejemplos en vida de honestidad, generosidad…
- otros han sido mis protectores,
- otros me han servido de ejemplo de como disfrutar de la vida al máximo,
- otros me han hecho ver la importancia de la prudencia en el día a día,
- otros me han enseñado la importancia de agradecer, de dar las gracias a las personas que nos rodean, a las que nos ayudan, a las que trabajan para nosotros independientemente de su cargo y posición,
- otros me han mostrado la importancia de pensar siempre en los demás,
- otros me han sido ejemplo de servicio a los demás,
- otros me han enseñado a ver dónde lleva el egoísmo y saber los problemas que ello conlleva,
- otros me han mostrado la tiranía y me ha permitido ver lo que no quiero ser,
- otros me han mostrado como se actuar ante las adversidades,
- otros me han enseñado el verdadero valor de la amistad,
- otros..
Y así podría hacer una lista infinita. Porque a través del admirable ejemplo de vida de muchos de ellos me han mostrado el camino, y otros me han permitido ser consciente de lo que no quiero ser y donde no quiero ir. Dos caras de la misma moneda que enriquecen a partes iguales.
Ayer los peques estuvieron una gran parte del día haciendo sus tarjetitas, sus notas, sus regalos “artesanos”, sus manualidades… para hoy. Y aunque hoy es día de trabajo, me llevaré una buena tanda de besos, de los que me gustan en cuanto se despierten. Y en cuanto acabemos ¡¡a celebrarlo!! Ya he empezado a ver algunos mensajes de los más madrugadores y otros de los más trasnochadores ¡y es que me rechifla los que, como mi abuela, me felicitan pasadas las 0:00 porque ya es día 8!!
Espero que todos sigáis bien. Creo que hemos pasado lo más duro, y que ya queda menos para volver a lo que realmente todos anhelamos: estar de nuevo juntos sin preocuparnos por la distancia, por el contacto, ni por la mascarilla. Porque si hay algo que realmente echo de menos son los abrazos infinitos. Prometo dar tantos como sean necesarios
Un abrazo enorme y ser muy, pero que muy felices (independientemente de lo que pase)
Tatiana