Hola Juan,
¡Menudo mes que hemos pasado!
Hemos vuelto al cole y al trabajo, pero como ves, aún no tenemos mucho orden. Los niños después del verano seguían con la inercia de fiesta todo el día y les costó retomar el ritmo del cole. Creo que habían olvidado que para estudiar primero hay que sentarse, una vez que te sientas ya puedes abrir un libro y por lo tanto puedes ponerte a hacer los deberes o estudiar. Pero si ni siquiera te sientas, lo demás ya no pasa. Como tú bien explicabas: “es como una espiral”. Como ves, les llevo por la mañana y les recojo por la tarde. Se portan muy bien, aunque están los remolones que hacen que no cumplamos el objetivo previsto, y aunque no les levanto a toque de corneta militar como hacías tú, ni les hago formar… hemos conseguido salir más o menos a una hora aceptable para llegar a tiempo.
En el cole están fenomenal los cuatro. En baloncesto tienen un nuevo entrenador ¡¡te encantaría!! No sé como serán los entrenamientos pero salen sin tan apenas energías. Yo siempre les digo lo que tú decías: “pues claro, para eso vais, no para descansar” y nos reímos. Tati también va este año a boley y está encantada, aunque no irá a los partidos, porque por agenda es imposible. Ale ha empezado piano este año y parece que le gusta. Gonzalo sigue feliz con su violín y Juan está imparable con las mates. El otro día fuimos a una charla que te hubiera encantado “La ley cuadrático-cúbica y el tamaño de los gigantes”. Yo en cuanto empezó el momento de las formulas me perdí, pero Juan dice que le encantó. El ponente tenía esa habilidad que sólo algunas personas tenéis de poder explicar cosas difíciles de forma sencilla y consiguió hacerlo muy entretenido.
Del día a día y lo que está ahora bajo mi competencia…. Si como te comentaba más o menos hacia el mes de julio, me sentía que era cuello de botella, ahora ya ni te cuento. Con decirte que ya no contesto ni el móvil. Intento llevar una única lista con las cosas pendiente y su prioridad, y verlo escrito me ayuda a verlo más claro. Como sabes que soy organizada y no tengo pereza, ese orden permite tener visión global sobre lo que tengo entre manos (aunque esté en pendiente) y eso me da tranquilidad. Una cosa buena, es que estoy aprendiendo a ponerme sólo un par de tareas al día y así voy avanzando sin agobiarme, pero avanzando. Pero a ti no te voy a engañar después de 22 años juntos, ya me conoces. Muchas veces me lio, me lio y cuando me quiero dar cuenta, me he puesto hacer mil cosas a la vez y se me ha ido el tiempo. Pero me lo estoy tomando con tranquilidad porque sé que acabaré ajustándome.
Los fines de semana no paramos mucho. Nos están preparando muchos planes para los niños y cuando no es una comida surge una cena y sino disfrutamos de “il dolce far niente”. Uno de los momentos más estelares fue la visita al Parque Warner debido a mi fobia a las montañas rusas. Los peques no habían estado nunca, pero nos habían oído hablar a ti y a mí sobre la vez que estuvimos juntos. Fuimos con Juan y Sara, se subieron con ellos en todas esas cosas que dan vueltas y se lo pasaron genial. Yo les acompañé en la fila pero les dejaba que se subieran solos. Tuve que aguantar mucha presión pero !resistí! Juan estaba graciosisimo y me decía esas frases motivadoras tipo Coach: “mamá, tienes que superar tus miedos”… pero solo recordar la última vez que tú y yo nos subimos en la montaña rusa me empezaba a marear. Pero como no desistían, cuando estuvimos en la zona infantil me subí en la de niños… y definitivamente más que eso no me merece la pena. Al menos ahora han entendido porque no me subo jajajjaja. Estuvieron toda la tarde riéndose de mis caras.
Sobre los coches, ¡menudo mes llevamos! Como viste, el otro día nos dio una piedrita mientras conducía que acabó siendo una raja en el cristal delantero del coche. Así que nos tuvieron que cambiar la luna, ya aproveché y cambié los limpias que teníamos pendientes cambiar después del verano y pedí cita para cambiar las pastillas de freno (pero no me saltó la alarma se me pasó y tengo que volver a pedir cita). Eso me recordó que tengo que mirar y hacerme con el plan de mantenimiento del coche (ahora lo apunto en mi lista de pendientes). Pero no acaba aquí todo…. el otro día, entrando en Madrid, un camión decidió girar desde un carril que no podía y me golpeó la puerta trasera del coche pequeño. No fue mucho, y como ves estamos bien. Pero ya me toca ir otra vez al taller a que lo arreglen.
Del jardín mejor ni hablamos, o mejor hablamos poco: El trébol y la “otra” han invadido al pobre césped. El otro día Tati y yo le dimos un herbicida para césped, pusimos semilla, abono y todo lo que pillamos por el garaje… Y estamos con los dedos cruzados a ver si va surtiendo efecto. No tenía muy claro que había que poner antes o después, así que lo puse todo junto y chispún. Los pájaros lo han agradecido y tenemos visita diaria de familias enteras a tomar el aperitivo. Les veo desde el salón y sonrío. Recuerdo lo que siempre decías: «La mayor parte de las semillas se la comen los pájaros»
Y ahora viene el momento estrella de septiembre: por primera vez en 22 años ha entrado una rata en el garaje. El otro día, cuando fui a sacar el coche sentí que algo se movía debajo del coche. Al principio pensé que era un gorrioncillo, luego un ratoncito y al final resultó ser una rata. Ajjjj aún recuerdo el grito que pegué cuando me contaste que habías visto un ratoncito en el garaje hace unos años. Pero sólo recuerdo eso. Ni idea de lo que hiciste para que se fuera. Así que el primer día me pasé toda la mañana haciendo un master sobre formas de librarme de un ratón, porque encima había roido la goma de la puerta nueva del garaje que pusimos esta primavera (ya he pedido el recambio). Luego fui a comprar cemento y nuestro adolescente favorito tapó el agujero. Al principio el cemento se caía por el agujero, pero hicimos un invento con trozos de percha de las de tintorería a modo de encofrado, y al final conseguimos que aguantase. También compré más cosas. Me volví loca, lo sé. Pero ya sabes que en estado de histeria, si me dejas sola no tengo freno y he comprado hasta el típico aparato de teletienda que promete librarse de los insectos por ultrasonidos. Y si funciona ¿qué? Con el agujero cerrado, resulta que la Rata se quedó dentro. Me tocó hacer otro master, ahora en ratas, ya que las trampas que compré no le hicieron ni un ligero esguince. Y organicé un equipo de caza de ratas. El viernes, después del colegio, nos fuimos tres madres con nuestros respectivos hijos al garaje y entre todos la encontramos y la cazamos. Yo creo que nos debiste de echar una mano, porque con todo lo que estaba liando o conseguía sacarla de casa o me daba algo, y esa mano se notó.
Y ya que estaba por el garaje, y habíamos sacado todo un par de veces en busca del “mardito roedor”, me vine arriba y llevo una semana de operación “orden y limpieza”, la que empezamos juntos, pues estoy en la fase 3. Por ahora sigo sacando cosas y reorganizando. Juan me ayudó el otro día a cortar una de las estanterías que había en la despensa para ponerla debajo de la escalera y ahí he puesto las botas de sky, cada una en su bolsita.
Por cierto, que se me fue la luz y ¡¡yo sin las indicaciones de cómo funciona lo del cuadro de la luz!! Mira que te dije que me lo dejaras por escrito o que me hicieras un video. Bueno, he subido el que se había bajado (que ni idea de cuál era, ni porque se había bajado) y todo a vuelto a funcionar. Así que esta vez salvada por la campana. Y sobre la luz ¡he cambiado mi primer interruptor! Corte primero la luz (podía oír tu voz advirtiéndome antes de tocar el primer cable “¡Cuidado! Primero quita la corriente”) y luego, con ayuda de mi hermanita, cambie el viejo de la despensa por uno de los nuevos. Me sentí fenomenal cuando le dí y vi que funcionaba.
Y así pasamos el día: entre el cole, el trabajo, los deberes y como siempre, liados con miles de cosas. Y cuando una termina sale otra. Hay muchas cosas que echamos de menos hacer contigo, así que algunas las intentamos hacer nosotros y eso nos da la sensación de que nada ha cambiado (el otro día nos fuimos con las bicis a la ruta del embalse de la Pinilla, te recordaba en cada camino y sonreía). Y otras sin embargo las evitamos, porque se nos hace bola, no nos sentimos cómodos y la aparcamos. Así que vamos probando y nos centramos en lo que más cómodo nos resulta.
Y como siempre he sido muy “mamá gallina” y los peques han sido como mis polluelos, pues ahora más aún: cada uno duerme donde quiere y con quien quiere, y hay veces que la que me tengo que ir de la cama soy yo porque no tengo sitio (ya lo sé… te suena de algo jajajaja). Pero es lo nos apetece y lo que necesitamos. Así que por ahora día a día, sin exigencias, compartiendo el tiempo que estamos juntos, ofreciéndome al que ese día lo necesita, y con mucho cariño, muchos abrazos y muchos besos.
¡A ver que tal se nos da octubre!
Un besazo enorme y mil gracias por tu ayuda desde el cielo, te siento todos los días y eso hace que todo sea mucho más fácil 🙂
Te queremos infinito
Qué bonito Tati. Sigue así. Besos.
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Os quiero infinito, sigue así, y no pierdas la moral y el ejemplo que das.
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Preciosas palabras. Muchos besos para todos
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Maravilloso Tati.
Me encanta vuestro enfoque y como estas transitando este nuevo camino.
Tus hijos tienen suerte de tener una madre como tu y Juan debe estar súper orgulloso de tener una mujer tan especial.
Muchos besos
Laura
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Qué días más llenos de todo. Lo estáis haciendo como siempre, genial. Y a partir de ahora cada vez subiréis montañas más altas. Aunque yo pienso que tú siempre has tocado las nubes.
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