A punto de recibir el nuevo año, os comparto los acontecimientos más destacados que me han pasado a lo largo de este año 2021, un año de los más intensos a nivel emocional, que me ha puesto a prueba en muchos ámbitos, y del que me quedo con todo lo mejor que me ha ofrecido, con los maravillosos momentos que he vivido y todos aquellos que me han permitido crecer de algún modo.
Tras la primera Navidad después de la pandemia, llegó Filomena. ¡Qué regalazo! Fue como un sueño salir de casa y ver todo cubierto de nieve. Recuerdo que salimos con la ropa de esquiar por el pueblo y la imagen era de ensueño: todo estaba cubierto de nieve, no se distinguían las aceras de la calzada, había gente con esquis paseando por donde antes había calles, rotondas… unos vecinos ayudaban a otros a retirar la nieve de la entrada de su casa, las palas se convirtieron en un bien de lujo y, durante unos días fuimos de nuevo niños: jugamos con la nieve, hicimos muñecos… ¡y hasta un iglú! Fueron días increíbles e inolvidables. Y mientras esperabamos la llegada de las quitanieves, de las excavadoras que limpiaban las calles… seguíamos incomunicados, así que el teletrabajo y el telecolegio volvieron y volvimos a estar los 6 conectados en casa.
El año también empezó con un incremento en los contagios por coronavirus que hizo que siguieran las restricciones a la movilidad. Pero esta vez eran más localizadas y podían afectar a toda una localidad o a alguna de las “zonas básicas de salud” dentro de una localidad. Así que, tras estar incomunicados por Filomena aún nos toco estar confinados alguna semana más y durante una temporada, tuvimos que vivir cada semana pendiente de los partes sobre las restricciones.
Los meses iban pasando y en abril operaron a Juan del tímpano. El verano anterior tuvo una horrible otitis que perforó uno de los tímpanos y aunque había alguna opción de que se cerrase de forma natural, no ocurrió. Por lo que, pasado un tiempo prudencial, y con margen para llegar bien al verano, le operaron. La operación fue todo un éxito y revisión tras revisión su evolución era fantástica. Así que, aunque pasamos las primeras semanas muy pendientes de él y con cierta preocupación, la verdad es que no podía haber salido mejor y no podemos más que estar agradecidos por todo el cariño y profesionalidad con la que le han estado tratando durante todo este año.
Llegó junio y los trillizos hicieron su Primera Comunión. Un día maravilloso y super especial para todos nosotros pero que tocó en un año aún afectado por la pandemia. Así que la ceremonia tuvo que ser mucho más intima de lo que llevábamos años imaginando y la familia la vio desde sus casas a través de móviles, tablets, ordenadores… gracias a la retrasmisión online. Y aunque echamos mucho de menos a todos, el poder compartir juntos ese mágico momento pero de una forma más sencilla nos permitió que pudieramos centrarnos en la esencia del día y terminó convirtiéndose en un día mágico y muy especial para todos, pero sobre todo para ellos.
Y por fin llegamos al verano ¡¡qué ganas!! Habían sido 6 meses agotadores, el covid no daba tregua, las olas iban y venían y más que nunca deseábamos irnos unas semanas a la playa, a olvidarnos de las mascarillas y disfrutar del mar, del aire libre… A los niños, que fueron super responsables y trabajaron todo el curso como unos campeones, les dimos barra libre de surf y, salvo los días de mal tiempo, todos los días se subieron en la tabla. Juan, fue con sus tapones ergonómicos y, aunque no teníamos mucha fe en que durasen mucho, ¡funcionaron de maravilla! Y no tuvo ninguna complicación a lo largo de todo el verano, lo cual fue una tranquilidad. Fueron unas semanas maravillosas de descanso, de comer sin mirar el reloj, de dar paseos con la bici, de volver a encontrarnos con gente maravillosa con la que compartimos momentos maravillosos… de simplemente vivir tranquilamente y sin mas preocupaciones que disfrutar.
Pero, tras esas fantásticas vacaciones, y sin saberlo, todo iba a cambiar. Llegamos a casa y encontramos que Juan tenía dos tumores en el cerebro. La noticia llegó de la forma más inesperada posible ya que acabábamos de volver de vacaciones y no habíamos notado nada de nada… Por suerte, había opciones de tratamiento y la esperanza de que pasados todos los tratamientos Juan volviera a trabajar. Así que antes de poder asimilarlo ya teníamos delante de nosotros un tratamiento perfectamente planificado: El primer paso fue la cirugía, que salió fenomenal y no dejó tan apenas efectos secundarios. A continuación, y tras unas semanas de descanso, fue el tratamiento de quimio y radio, el cual fue muy duro pero que físicamente aguantó gracias a su condición física, y a la disciplina y estoicidad con la que siempre hace las cosas. Y para terminar el año unas semanas de descanso para recuperarse.
Pero cuando pensábamos que venían unas semanas de tranquilidad, de recogimiento y de tiempo en familia… para cerrar este insólito año, la última semana antes del terminar el colegio, nos informaron que dos de los niños habían tenido contacto estrecho con un positivo de covid, por lo que les confinamos inmediatamente. La verdad es que como durante este tiempo no habíamos estado en contacto con el coronavirus nunca pensamos que iban a positivizar, y lo hicimos más por seguir el protocolo que porque pensáramos que había un peligro real, pero a los cinco días uno de los niños dio positivo, al día siguiente el hermano mayor, y al día siguiente (día de Nochevieja) las chicas. Y esas idílicas vacaciones de Navidad en las que si Juan se sentía con fuerza íbamos a dar algún paseíto… se bañaron con un velo de incertidumbre y aislamiento.
La situación actual es que hemos dado 4 positivos pero sin grandes síntomas y dos negativos: por un lado Juan, que se estaba recuperándo del tratamiento y al que más hemos protegido, y Gonzalo que con tan sólo 10 años nos está dando a todos una lección de cariño, fortaleza y empatía: pasa muchos ratos solito en su habitación, jugando por el ordenador con sus hermanos en remoto, otros ratos leyendo, otros descansando… y siempre tiene una sonrisa y una palabra de agradecimiento cuando le llevo la comida. A veces me siento en la puerta a hablar con él y siempre, siempre se despide con un «te quiero mcuhiiisimo mami».
Así que, con este breve resumen ya habréis podido comprobar que 2021 ha sido un año de lo más inesperado y irrepetible (por todo esto y mucho más que me daría para escribir un libro entero). Haciendo balance, han pasado muchas, muchas cosas que me hubiera encantado no vivir, pero que vista ahora con un poco de distancia, me han hecho crecer, y puedo aseguraros que nos han permitido recibir mucho más cariño, más mensajes de ánimo y más apoyo del que jamás hubiéramos imaginado.
Tengo tanto que agradecer, tantas personas a las que dar las gracias que este correo se haría interminable: por un lado agradecimiento eterno a que el tumor mostrase su cara estando ya de vuelta en casa, en un sitio seguro… Agradecimiento a todos y cada uno de los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores… que en cada uno de los momentos han cuidado tanto de la parte clínica de la enfermedad como de la parte más emocional, transmitiendo realismo y tranquilidad a partes iguales con toneladas de cariño y humanidad. Agradecimiento a las empresas en las que trabajamos que desde el primer día nos dieron todo su apoyo. Agradecimiento a nuestras familias, a lo amigos, a los compañeros, a los conocidos y a los que sin conocernos se han preocupado, han rezado y han pedido por todos nosotros; personas que nos han hecho el camino mucho más ligero y que nos han facilitado el día a día.
Así que cuando pongo lo que nos ha ocurrido en una balanza lo positivo gana y por mucho. No puedo negar que hay cosas que quitaría ahora mismo y para siempre, pero tampoco puedo obviar todo lo bueno que hemos vivido y lo que nos ha traido este año. Así que hoy , a pocas horas para que acabe el año mi resumen de 2021 se resume en una palabra: ¡¡¡GRACIAS!!!!
Un beso enorme y os envío mis mejores deseos para 2022
“Este año te hice fuerte, el próximo té haré feliz”
El Principito
Hola Tatiana, ¡vaya año!, no sabía nada… Te deseo lo mejor, que os recuperéis pronto del covid y que tu marido deje atrás la enfermedad. Ojalá 2022 sea un año magnífico para todos vosotros para compensar 🙏🙏🙏. Un abrazo fuerte y mucho ánimo. Espero que a partir de ahora todo vaya fenomenal.
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¡Muchas gracias Luz! La verdad es que fue todo muy inesperado y ha ido todo muy rápido. Estamos contentos con lo caminado hasta ahora y a confiar que siga todo por el buen camino. Un abrazo enorme y ¡muy feliz año!
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Tatiana, hace falta mucha serenidad y fortaleza de ánimo para ponerse a resumir un año tan duro para vosotros y compartirlo a través del blog. No cabe duda de que salís más fuertes, más unidos, más familia de todos los avatares que os ha tocado atravesar. Porque las adversidades más serias sólo se afrontan desde un inquebrantable amor y solidaridad familiar. Que Dios os siga dando la entereza que necesitéis para seguir transitando por el camino de la vida, tantas veces más áspero y empinado de lo que nos gustaría. Y a los que os queremos bien, que lo veamos. Sois un ejemplo para todos. Gracias por compartir.
Isaac
Ah, corrige: excavadora. 😉
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Mi querido Isaac, muchas gracias por tus cariñosas palabras. Efectivamente este año me costó bastante ponerme a escribir y resumir el año (de hecho luego me di cuenta que no había hecho el resumen de los avances de los niños que siempre suelo incluir). Pero pensando en el año, me di cuenta que habían pasado muchas cosas buenas a lo largo del año y no era justo ni positivo, no poner en valor todo lo bueno que nos ha pasado, aunque al principio casi lo habíamos olvidado. Realmente el resumen de un año no es solo lo que te ocurre, sino como lo interpretas, como lo vives, como lo sientes… y cuando se hace desde la gratitud y el cariño el camino es más fácil y el resumen mucho más positivo (aunque haya habido pierdas dolorosas). Un abrazo enorme desde el corazón
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Todo lo podéis, los valientes.
Besos para ti y los chicos y un abrazo para Juan.
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¡Muchas gracias Lorenzo! No se si somos muy valientes pero que vamos a por todas y con mucho cariño, paciencia y fe, es un hecho. ¡Un abrazo enorme!
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