Se acerca la Navidad y, como todos los años, os dejo un resumen de 2019 y las actividades más reseñables. Ahora que lo he acabado tengo la sensación de que ¡¡no hemos parado!! y ¡¡qué bien que nos lo hemos pasado!! Será difícil superar un año tan original. Aquí va….

En marzo fuimos a Londres. El viaje en avión ya fue toda una aventura, pero luego la visita a la ciudad con los niños superó todo lo esperado. Visitamos el Museo de Ciencias, el Historia Natural, pasemos entre sus mágicas calles buscando rincones donde hubiera estado Harry Potter (sin perdernos ese hora de espera obligatoria para hacerte la foto empujando el carrito)… pero lo que más les gustó fue la Legostore de Leicester Square que tiene hasta un bagón de metro y la tienda de jugetes Hamleys, un sueño para niños y mayores.

En mayo Juan hizo su primera comunión. Llevaba todo el curso escolar estresado con este día pero al final todo salió fenomenal y cuando llegó al día pudimos disfrutar de ese día tan especial que recordamos todos los que hemos hecho la primera comunión. Como yo me había roto el dedo tan solo unos días antes, tuve que cambiar de vestido, ya que no podía subirme a los tacones, y acabé comprándome un mono azul ideal de Purificación García y con unas alpargatas que sustituyeron el modelo incial pero que resultó monísimo y de lo más cómodo. ¡¡Me voy a aficionar a los monos!!

El verano empezó para los más pequeños de campamento en Extremadura. Un campamento de lo más divertido con un montón de actividades deportivas. ¡¡se lo pasaron en grande!! Y como en todos los campamentos el día que se iban les costó irse alguna que otra lagrimilla pero cuando volvieron lloraban porque no querían separarse de sus monitores. La historia se repite. Mientras Juan y yo aprovechamos para disfrutar de “tiempo libre”, de vivir sin programación, y nos fuimos a conocer Burgos, que no habíamos estado y darme el capricho de comer morcilla de Burgos (mi favorita). Nos quedamos con las ganas  de volver con los niños así que en septiembre volvimos y aprovechamos para visitar con ellos Atapuerca que no habíamos estado ninguno de los seis ¡¡espectacular!! Durante dos días nos trasladamos al pasado. La excursión al yacimiento es increíble que luego acabas de rematar con el museo que hay en la ciudad. Lo recomiendo tanto si tienes niños como sino porque en cualquier de los dos casos se disfruta muchiiiimo. Y si de vuelta a Madrid paras en el Landa a tomar unos huevos fritos con morcilla y te llevas una caja de Reinosas… ¿qué más se puede pedir?

En agosto nos fuimos a la playa y los trillis por primera vez fueron a clases de surf en Cadizfornia Surf School en la que estamos ya como en casa. El único que no se animo fue el padre (pero quien sabe si en un futuro se anima). Juan era su tercer año y yo mi segundo año y se notaba la diferencia. Yo me enfundé en un neopreno completo y no había quien me sacara del agua (cada uno ya busca sus truquillos para disfrutar aunque el agua esté helada estando divina). Por suerte este año no me rompí nada, que suficiente tenía con el dedo meñique. El tiempo fue espectacular y disfrutamos, un año más de la tranquilidad de la costa gaditana, del sol, del mar, de sus eternas playas… sin demasiado aire ¿qué más se puede pedir? Y no hicimos nada más que vivir cada día sin prisas, sin pensar en obligaciones. Aprovechamos y, para que los niños supieran lo que es un verdadero verano, les pusimos cada día un capítulo de «verano azul» y ¡¡estaban enganchadísimos» casualmente la serie dura lo que duran las vacaciones así que había una gran motivación por llegar a casa pronto para ver verano azul (evitando así las horas centrales del día que son las más peligrosas para la piel).

En Octubre fuimos al Pilar a visitar a la Virgen y compartir con ella un día tan especial como el día del Pilar. Este año las niñas más pequeñas estrenaban falda rosa, y estaban emocionadas con sus nuevos trajes. Y los chicos, como es tradición se quedaban de los calcetines y las alpargatas (como es también tradición generación tras generación). Vamos a tener que inventar un sistema especial que lo haga algo más cómodo… Bueno, y que permita aligerar el peso de los pendientes, que monos son monísimos pero ¡¡pesan!! como si llevaras sacos colgando de las orejas. Creo que los joyeros tienen un campo de investigación y crecimiento en ese ámbito.

En Noviembre y Diciembre los chicos repitieron curso de esquí (el primero lo hicieron en primavera en Xanadú) y un día al a semana se ponían los esquís con el objetivo de poder ir todos juntos esta temporada a esquiar. Desgraciadamente en junio hicieron una enorme reforma en Xanadú y el mirador estaba aún de obras por lo que no podíamos ver cómo iban avanzando, pero estábamos convencidos que las horas de práctica iban dando sus frutos por lo que en el puente de Diciembre nos fuimos por primera vez los seis a esquiar a «las montañas».

Pasamos unos días increíbles. La previsión del tiempo era de bastante inestabilidad y sólo daban un día de sol, pero conforme nos íbamos acercando a las fechas, la previsión mejoraba para los primeros días e iban moviendo el temporal para el final del puente. Al final fueron tres días inolvidables de esquí que nunca olvidaré ¡¡nos han dejado con la boca abierta! ¡Son la bomba! Juan ya va pegado a su papi, Tatiana baja con una elegancia natural como si hubiera nacido con unos esquís en los pies. Sigue a su hermano mayor e intenta imitarle aunque sea para dar saltos que unas veces salen bien y otras sale volcando jajajaja Y los enanos son los típicos niños bola que hemos visto cientos de veces en las pistas que bajan a lo loco todo lo que se les ponga por delante ya sea una pista azul, una roja, o una azul llena de bañeras porque aunque se caigan se parten de la risa, se levantan y continúan (o buscan otra bañera para volverse a caer… es lo que hay).

Nos han regalado los momentos más graciosos del puente. Como la previsión del tiempo no era muy buena, cada día cuando nos levantábamos, abríamos la ventana, mirábamos el cielo y cuando veíamos que era completamente azul… era una regalo y una fiesta. Sin embargo, el tercer día, en la última bajada, Alejandro me dijo que tenía frío y que quería bajar, así que decidimos bajar la última pista e irnos a la cafetería a esperar a los que quisieran hacer un par de bajadas más con papi. Pero en ese momento, estando completamente parada, me desestabilicé con tan mala suerte que me torcí la rodilla. Sentí un dolor fortísimo y solo recuerdo 10 ojos mirándome preocupados sin saber que hacer mientras yo pedía que no me tocasen. En seguida llegó el servicio de pistas, me inmovilizaron la rodilla, nos transmitieron tranquilidad  a todos y me regalaron ¡¡una bajada «prive» en camilla!! Con paseo en ambulancia y dos radiografías gentileza de la estación de Formigal. No ha habido fractura de hueso, ni de menisco pero si están afectados un par de ligamentos que me afectan a la estabilidad e la rodilla. Así que ahora mismo estoy con un rodillera que hace le papel de «exoesqueleto» que me da un look entre robocob y Lara Croft de lo más original. Por delante tengo semanas de rehabilitación para recuperar rango articular y ganar tono muscular,  Poco atractivo pero podía haber sido mucho peor. Hay ángeles esperando para ayudarte cuando menos te lo esperas.

Y creo que, en resumen, este ha sido nuestro periplo por 2019. Como siempre repito a los niños no puedes cambiar el pasado y tienes un control limitado sobre el futuro así que vivamos el aquí y el ahora que el resto ya se verá.

Muchas gracias por acompañarme durante todo este año en nuestra maravillosa aventura de la vida, que no podría haber sido tan maravillosa sin vosotros.

Os deseo a todos todo lo mejor para esta Navidad, momento para recordar todo lo maravilloso que nos ha pasado, recordar con gran cariño todos los que no podrán estar esta noche en la cena manteniendo vivo su recuerdo en nuestros corazones y que 2020 sea un año maravilloso.

Un abrazo enorme y ¡¡FELIZ NAVIDAD!!