Queridos amigos,

Lo primero de todo espero que tanto tú, como tus familiares y amigos estéis todos bien: con salud y llenos de energía.

Estamos viviendo una situación que jamás imaginamos que podríamos vivir hace unas semanas. De la que de la noche a la mañana vimos como se fueron cerrado escuelas, universidades, tiendas, como se declaraba el estado de alarma en el país y todos quedábamos confinados en casa. ¡Quién nos iba a decir que íbamos a acabar así!

En casa, hace ya dos semanas que no salimos de casa y os garantizo que con cuatro niños pequeños, al principio nos generó cierta incertidumbre como íbamos a hacerlo y no se está dando tan mal.

Lo primero que hicimos es hacernos una nueva rutina y diseñar entre todos un calendario de lunes a viernes con una planificación de lo que iban a ser nuestras mañanas, sin olvidar la comida que, por alguna extraña razón, era uno de los aspectos más importantes para los peques. Y de ese trabajo salió esta tabla:

Cada mañana, de lunes a viernes seguimos ese calendario, como si un día de colegio normal se tratase, intentando cumplirlo para obligarnos a madrugar (como cualquier día de los de antes). Durante el desayuno hacemos un «briefing» para organizar las tareas concretas que cada uno tiene que hacer esa mañana y eso nos ayuda a todos a saber que hacer, ser un poco autónomos y tener nuestros momentos.

A las 11:15 tenemos «patio» y en ese rato sacamos algún juego de mesa, hacen figuras de lego, salen al jardín a jugar (si el tiempo lo permite) y tomar algo de vitamina D… al principio pusimos también ver algo de tv pero al final lo hemos dejado eso para las tardes.

A las 13:30 comemos y papi, que teletrabaja, sale de su «oficina» para comer todos juntos. Luego volvemos a acabar nuestros deberes y a las 16:30 terminamos. No siempre es igual de productivo: algunos días cunde más que otros y hay asignaturas que se dan mejor que otras pero lo que está siendo es una experiencia única de «teleestudio» muy productiva. Los niños están encantados porque estudian mucho, aprenden mucho, entregan todo a tiempo, y las tardes las tienen libres para hacer lo que les de la gana y, eso incluye cualquier cosa (disfraces, tirarse al suelo, hacer construcciones de lego, juegos de mesa, partidas de carta, partida de domino, alguna peli…) .

A través de nuestra cuenta de Instagram he ido compartiendo el día a día y transmitiendo los aspectos más positivos de esta situación que están resultando ser muchos más de los que podríamos haber imaginado inicialmente: estamos compartiendo muchos más momentos juntos, escuchamos sin mirar el reloj, hablamos de lo que nos gusta, lo que nos preocupa, lo que nos gustaría hacer, lo que nos molesta… y esto nos está ayudando a conocernos mejor. Hemos sacado todos los juegos que había por los armarios y estamos jugando más que nunca, disfrutamos del desayuno como si todos los días fueran sábado, nos damos abrazos y las gracias por todo lo bueno que tenemos y que con las prisas no siempre nos hemos dicho, hablamos por teléfono sin prisa y por la noche nos damos las buenas noches varias veces, nos contamos historias y nos levantamos varias veces para darnos ese último beso que es el mejor regalo que puedes recibir antes de cerrar los ojos y dormir. Para despertarte el día siguiente, como el día de la marmota, a vivir otro nuevo/idéntico día.

Pero también quería transmitiros que también hay momentos en los que la situación nos puede, dias que nos levantamos de bajón, de enfado ¡y cómo no! Si todo esto no puede ser más injusto, más ilógico, más imprescindible… nadie estábamos preparados para esto y son normales todos estos sentimientos. Pero hay que vivirlos con naturalidad y dejarles ir, que no se queden. Cada uno de nosotros podemos hacer mucho para seguir sacando sonrisas, carcajadas y disfrutar del día de hoy así que ese tiene que ser el objetivo a conseguir cada día.

Cuidaros mucho, no salgáis de casa y disfrutar lo bueno que hay de todo esto. Hay mucha gente que está cuidándonos para que esto pase pronto y podamos seguir nuestra vida desde casa. Así que por tí, por tu familia, por tus amigos y por todos ellos… quédate en casa. ¡Juntos lo vamos a conseguir!

Te mando todo mi cariño, mi apoyo (para hoy y lo que nos queda) y un abrazo «virtual» enorme.

Tatiana