Ya ha pasado todo el 2009 y vuelvo a encontrarme delante del teclado con el folio en blanco pensando en todo lo que he vivido durante este año y como sintetizarlo, como trasmitirlo y como contarlo con la intensidad y la emoción de cada momento sin acabar pareciendo la típica madre primeriza PESADA que sólo habla de su hijo pero… ¡cómo no iba a ser así! Bueno, de todos modos intentaré no ser muy pesada y provechar estas líneas que tengo por delante para mandaros un resumen de lo acontecido en 2009 a la familia Seisdedos-Valero:
Las primeras semanas de 2009 fueron una dulce espera hasta que Juan llegó el 4 de febrero. Por mucho que nos había contado, la realidad superó cualquier expectativa. En cuanto vimos su cara no pudimos dejar de mirarle. Nació a las 2:20 (¡qué madrugador!) pero no teníamos nada de sueño, sólo queríamos ver cada milímetro del pequeñín, como respiraba, como se movía… era tan dulce, tan tierno, tan delicado. Era un regalo y no nos lo podíamos creer.
Durante 4 meses tuve la gran suerte de disfrutar día y noche de su compañía al tiempo que me recuperaba. Al principio sólo comía y dormía (muuuy fácil), luego ya empezó a pasar algo de tiempo despierto y con el tiempo cada vez estaba más despierto y con más ganas de conocer mundo (siempre tuvo los ojos bien abiertos y la cabeza bien erguidaJ) así que tuve que ponerme las pilas y estudiar sobre el mundo del bebe, sus estímulos…
Con la vuelta al trabajo, volví de nuevo a la rutina y a la normalidad. Lo cierto es que aunque fue muy raro porque era como si nunca me hubiera ido, salvo por el hecho que cuando volvía a casa… estaba ¡¡Juan!! Y un montón de cosas por descubrir. Por suerte me reincorporé en Junio, con lo que para cuando me quise dar cuenta, ya estaba de vacaciones de verano.
En cuanto Juan empezó la guardería (en septiembre) empezamos a saber lo que eran medicamentos como Pilka, Apiretal, … Aunque nos avisaron que el proceso de inmunización empezaba en cuando llegaba a la guarde, no pensamos que tuviera, en ocasiones, consecuencias tan notables como las que vimos en Juan. Durante una semana, debido a una gastroenterítis, tan apenas comió con lo que perdió tanto peso que cayó en el percentil de tal forma que aún 3 meses después, no lo ha recuperado. Come muy bien y duerme mejor aún, con lo que no tenemos mucho de lo que preocuparnos.
En noviembre hicimos nuestro primer viaje en avión y al extranjero y para ello tuvimos que sacar el pasaporte a Juan y… nos fuimos todos juntos a ¡¡¡Milán!!! Nos lo pasamos genial. Hizo muchiiisimo frío, llovió sin parar, pero de todos modos fue un viaje inolvidable. Conocimos el misterio de los potitos italianos, viajamos en tren, metro, barco, avión,… tomamos un helado maravilloso diluviando y vimos el Lago di Como bajo la lluvia. Menos mal que íbamos bien abrigados: a Juan le pusimos la burbuja de lluvia en el coche y nosotros íbamos con la chaqueta de esquiar.
Ahora, 10 meses después de su nacimiento, Juan está para comérselo a besos. Ya identifica las cosas a las que llama PA PA PA… salvo cuando quiere que se la acerques que entonces dice MA MA MA… o ANA ANA ANA… Por ahora es todo el vocabulario que tiene, pero nos entendemos muy bien. Y cuando quiere dar palmitas contigo y no le pones tú la mano, te la coge él para poder jugar contigo y que le cantes la canción “palmas, palmitas, higos y castañitas…”. Y cuando quiere hacerte reir, te mira y se ríe frunciendo el ceño y mostrando los dos dientecitos de abajo.
Bueno y eso es más o menos todo en líneas generales.
Tan sólo quedan unos días para Nochebuena y ya tendréis todos pensado con quien pasar estas fechas, fechas para estar con la familia, comer juntos y aprovechar para ver a la gente que es imposible ver el resto del año. Porque la Navidad no es tan sólo una celebración religiosa, sino también la época del año en la que dejamos un poco de lado las preocupaciones cotidianas para reavivar el espíritu de solidaridad, de renacer en las buenas acciones, y hacer llegar a nuestros amigos, familiares y conocidos, nuestros mejores deseos. Unas fechas en las que incluso en medio de la locura del día a día, simplemente el oír: «Feliz Navidad», nos hace abrir nuestros corazones y nos hace esbozar una sonrisa, al tiempo que un sentimiento especial de felicidad nos envuelve.
Muchas gracias por seguir ahí, que paséis una muy feliz Navidad y mis mejores deseos en 2010.
¡¡Muchos muchos besos para todos!! y ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Tatiana
* Un año más os dejo un mensaje que leí el otro día: «Que nunca te falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer”
