Juan y yo nos conocimos a través de una amiga en común, nos caímos bien y empezamos a vernos. Poco a poco la amistad se mezcló con admiración y fue surgiendo el amor, un amor tan intenso que hizo que en unos meses nos fuéramos a vivir juntos y nos casáramos.

Compartimos 20 años juntos de felicidad e ilusión, viajamos por todo el mundo y formamos una preciosa familia que nos hizo compartir momentos únicos e inolvidables, los mejores años de nuestra vida.

Sin embargo, hace un año le detectaron un tumor cerebral, un glioblastoma multiforme, el gran tiburón blanco de entre todo ellos, y tras un año de operaciones, de tratamientos, de ir sintiendo como poco a poco se iba desconectando, se fue como él quería: en casa, dulcemente y junto a su familia.

Y aunque ya no podré darle la mano, ni darle un beso… en cada rincón de la casa y en cada cosa que hago siento que Juan está a nuestro lado. Porque está en cada uno de los niños y dentro de mi y además, desde el cielo, nos seguirá cuidando y amando como hizo hasta el último día.

Os comparto mi primera carta, la que leí ayer antes de la misa, en un día tan especial como el día de la Asuncion de la Virgen


Hola Juan,

Hace tan sólo 2 dias que te fuiste y no sabes como te echamos de menos. Mira cuánta gente ha venido hoy: familia, amigos, compañeros, vecinos… han venido desde todos los rincones de España. Y han venido porque, como me decías la última vez que estuviste a la oficina, “si al final un poquito me quieren”. Pues sí, te quieren y mucho. Porque te has hecho querer, porque detrás de esa distancia que te gustaba mantener con tu capa Zamorana, has sido un hombre noble, leal, trabajador, sincero, justo, tenaz … y has compartido con todos los que hoy estamos aquí momentos únicos e inolvidables.

Los últimos meses me decías que te gustaba pensar que te ibas de viaje y que nos volveríamos a ver en unos años. Y así será. Acabas de irte de viaje, a un sitio maravilloso donde se respira la paz, un viaje super emocionante en el que te vas a volver a encontrar con muchos de tus seres queridos y donde seguro que te estaban esperando con las puertas abiertas de par en par. Y aunque te hubiera gustado estar aquí unos añitos más, y aunque nuestro plan era pasar la vida juntos, vas a estar mucho mejor que lo que has estado aquí las últimas semanas.

Estos últimos meses han sido muy intensos, y dentro de esa intensidad hemos vivido los momentos más bonitos que jamás hubiéramos imaginado. Hemos conocido a las personas más maravillosas que podíamos haber soñado y hemos concentrado en unos meses lo que queríamos decirnos antes de que te fueras y que quizás nunca nos hubiéramos dicho jamás, siendo conscientes que el tiempo que teníamos era un regalo.

Así pudimos dar gracias a Dios por habernos conocido, por haber pasado más de 20 años juntos, por haber creado esta preciosa familia, Y al final, sobre todo, dar gracias a Dios porque nos diera tiempo. 360 días adicionales para poder estar juntos, para prepararnos y para poder hablar sin palabras, simplemente tocándonos, dándonos la mano, o a través de un simple abrazo

Ahora empieza una nueva etapa. Y, como me hiciste prometerte, seré feliz, disfrutaremos del día a día, te recordaremos siempre con alegría (aunque no podremos evitar echarte de menos, que se nos escape alguna lagrimilla) y nos organizaremos para hacer todo lo que planeamos hacer.

Recordaré siempre a los peques lo mucho que les quieres y lo que tantas veces les repetías: “que ser un Seisdedos Valero es una “responsabilidad”. Pero además les recordaré el ejemplo que nos has dado a todos estas últimas semanas de disciplina, fortaleza y tenecidad, demostrado que no se tira la toalla y que el amor y la fe son las mejores medicinas para el sufrimiento.

Les enseñaré todos los sitios donde fuimos, y seguiremos trabajando cada día para seguir siendo buenas personas, para que siempre estés tan orgullosos de nosotros como has estado hasta ahora.

Cuando vivía en Bruselas mirábamos la luna, te acuerdas?, cada uno desde nuestra ventana, y eso nos hacía sentir que lo hacíamos juntos. Pues así lo hice ayer: sentía que la miraba y tu también la estabas mirando. Y aunque te echaremos de menos se que te colarás en nuestros sueños, en nuestros recuerdos, en nuestro día a día. Y sentiremos tu presencia en cada cosa que hagamos porque no sólo estas en nuestro corazón sino dentro de cada uno de nosotros. Nos han enseñado mucho y cada uno de los peques es un mini tu (Juan es nuestro despertador y posee una gran capacidad lógica y matematica como tú, Tati es reflexividad como tú, Gonzalo es tenaz como tú, no se rinde nunca y Alejandro tiene una gran curiosidad por la naturaleza, es especial, como tú) Nos dejas lo mejor de tí. Siempre has dicho que habían salido a mi… que equivocado estabas.

Y yo… pues yo también soy un poquito de tí. Aunque siempre seré esa chica alegre, extrovertida e impulsiva que conociste, a lo largo de estos años me has enseñado a pensar antes de actuar, a tener paciencia, a gestionar las cosas con humor y has conseguido sacar mi mejor versión

Muchas gracias por estos años juntos. Ha sido un honor y un lujo ser tu mujer.

Tú, has sido mi mejor regalo

Te quiero infinito

Hasta pronto