En nuestro día a día como padres ajustados por los horarios que nos hacen correr de un sitio a otro, es bastante habitual no escuchar a los niños, que no les demos tiempo suficiente a explicarse o a expresarse, cortándoles constantemente o dando por hecho lo que nos van a contar sin darles la oportunidad de acabar de contarlo.

Pero no siempre tenemos que estar en lo cierto, por lo que no importa cuánta experiencia o conocimiento crees que tengas, nunca hagas juicios. Se paciente, déjales hablar y dales la oportunidad de dar una explicación. Te puede sorprender lo que tienen que decirte pues…
no siempre lo que percibimos los adultos es la realidad de un niño.

Aquí te dejo una breve anécdota a modo de ejemplo

Una niña tenía dos manzanas en su mano.

Su madre se acercó y le preguntó a su hija si le daba una manzana.

La niña rápidamente mordió las dos manzanas. Su madre se quedó sin palabras al ver a su hija con la rapidez que había reaccionado, se le congeló la sonrisa pero trató de no mostrar su decepción.

Sin embargo, la niña le pasó una de las manzanas y le dijo:
“Toma mami, esta es la más dulce.”