La “carrera espacial” tuvo su pistoletazo de salida hace hoy 58 años, el 4 de octubre de 1957, con el lanzamiento por parte de la Unión Soviética en el mes de su Revolución del primer ingenio humano que se elevó a lo que denominamos espacio o cosmos: el Sputnik-1 (Спутник-1, “Satélite-1” en ruso). Con su vuelo daba comiezo la llamada “era espacial”.
Fue apenas tres años antes —en 1954— cuando la comisión correspondiente del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y el Ministerio de Industria de la Defensa de la URSS, cuyo titular era Dimitri Ustinov —posteriormente ministro de Defensa entre 1976 y 1984—, adoptaron oficialmente la decisión de poner en órbita un satélite científico mediante un misil ICBM (misil balístico intercontinental, por sus siglas en inglés) multietapa y modificado para tal fin: un R-7 Semiorka (“Siete” en ruso). Los cohetes Semiorka, sin duda la serie de lanzadores espaciales más fiables que se haya construído jamás, fueron posteriormente la base del programa cosmonáutico soviético y son, más de medio siglo después, los que posibilitan en la actualidad los lanzamientos de las naves tripuladas Soyuz y las automáticas Progress con destino a la Estación Espacial Internacional para que ésta pueda estar habitada, dotada de soporte vital y operativa. El desarrollo del programa Sputnik estuvo a cargo de la oficina de diseño espacial OKB-1, dirigida por el ingeniero-jefe Serguei Koroliov, padre del programa espacial soviético.
El Sputnik-1 era básicamente una esfera de algo más de medio metro de diámetro con cuatro largas antenas telescópicas que superaban los dos metros de longitud. Tenía una masa en órbita de poco más de 80 kg y contaba con dos transmisores de radio en sendas frecuencias. Entre sus objetivos estaban medir la densidad de electrones en la ionosfera terrestre y enviar otros datos como la temperatura vía telemetría a su centro de control ubicado en Moscú. El apogeo de su órbita elíptica fue de 939 km y su perigeo, 215 km; hasta el momento en que reingresó en la atmósfera tras efectuar 1.400 órbitas 92 días después de su lanzamiento, el 12 de enero de 1958.
En otro 4 de octubre, pero 1960, Estados Unidos lanza al espacio el primer satélite activo de telecomunicaciones, el “Courier IB”.
Menos de cuatro años después del Sputnik-1, el 12 de abril de 1961 la URSS volvió a deslumbrar a propios y extraños, a amigos y adversarios, con el lanzamiento de la primera nave espacial tripulada —el Vostok-1— con Yuri Gagarin a los mandos.
Tras el primer Sputnik, de 1957 a 1967, el mundo asistió en plena Guerra Fría a la Edad de Oro de la cosmonáutica soviética, una década de rápidos avances en el cosmos que superó y todo empezó un 4 de octubre de 1957, el día que la URSS nos elevó al Cosmos.